Los pronósticos auguraban un éxito arrasador de los musicales en la reciente entrega de los premios Artea, que otorga anualmente la filial provincial de la Asociación Argentina de Actores y Actrices, pero el resultado final fue surtido y variado en la distribución de las estatuillas.
Si bien estuvo con fuerte presencia el género que hace de las canciones un eje vertebral para impulsar las historias en escena, también se repartieron premios a otros estilos dramáticos, con una interesante mirada del jurado integrado por Beatriz Morán, Ricardo Gómez Madrid y Armando Díaz. La amplitud permitió que entren en el radar de los galardones estéticas muy disímiles entre sí, desde la gran y lujosa puesta hasta planteos casi minimalistas.
En el primer campo de gran despliegue visual y de puesta se movió “Chicago”. El musical se alzó con cinco Artea (estaba a la cabeza de las postulaciones con 13) y fue la obra más ganadora de la fiesta: protagónico masculino y femenino en el género comedia para Joel Alonso y Noé Andrade, respectivamente; actor de reparto para Ignacio Hael; revelación femenina para Carolina Terraf y puesta teatral del año para Sebastián Fernández.
La creación de Fred Ebb, John Kander y Bob Fosse se desplegó en el teatro San Martín en coproducción entre Fundae y el Ente Cultural en sólo seis funciones. La historia de Welma Kelly y Roxie Hart, jóvenes y bellas mujeres que caen en prisión tras cometer sendos asesinatos pero terminan en el estrellato impulsadas por la prensa amarilla de los años 20 y una justicia corrupta, trabajó con dos elencos en paralelo. En 2025 volverá a escena con todo el brillo a ritmo de jazz, pero sólo serían cuatro nuevas representaciones.
En el otro extremo del registro se inscribe “Monoambiente (Ensayo en voces que recuerdan)”, una de las sorpresas de la gala ya que ganó los premios a revelación masculina para Mariano Alo Casañas Foguet (con un gran trabajo de construcción corporal de su especial personaje), actriz protagónica de drama para Camila Caram y obra dramática (aunque con inevitables toques de humor absurdo), que tuvo la escritura y dirección de Luciana Galván. Mayormente se la representó en Sala Ross y recibió seis nominaciones.
La obra retrata la historia de María Justa, quien vive en un pequeño departamento en el centro de la ciudad. Alguien le ha pegado varios carteles en todo el edificio reclamando por sus ruidos sexuales molestos, e inicia una búsqueda desesperada para conocer quién la hostiga, mientras vive una cotidianeidad solitaria.
Hubo otras dos puestas que merecieron tres premios cada una. “La Manflora” (había llegado cinco candidaturas) retrata el mundo drag queen a partir de la preparación de un show especial a beneficio de la protagonista Marceline, que necesita reunir fondos para participar de un concurso nacional en San Juan. Pero no todo es color de rosa y algo cambia el giro de la historia y el futuro de cada participante. Ganó en diseño de maquillaje y/o caracterización para el grupo Picta Diebus, actor dramático de reparto para Alexis Sáez Villegas y el ansiado texto dramático tucumano para su autor y director, Francisco Galarzo.
En tanto “Hotel Capricornio”, el texto de Leonel Giacometto dirigido por César Romero, se impuso como espectáculo de comedia musical; diseño de efectos especiales para Roberto Chicho Ortega, y actriz de reparto en comedia para Jessica Carrizo, en esta producción del Teatro Estable estrenada el año pasado en la sala Orestes Caviglia y que llegaba a la gala con 12 postulaciones. Esta temporada volvió a escena, con reposición de Noé Andrade para exponer el submundo de los hoteles alojamiento, lugares de amor transitorio y muchas veces artificial, de mentiras y promesas.
Con dos estatuillas de las 10 que aspiraba se fue “Así de simple (no alcanza sólo con quererse)”, de Sofía González Gil e Ignacio Bresso, por mejor director para Pablo Parolo y mejor comedia (la música tiene mucho que ver en su planteo). Dos jóvenes protagonizan su historia de amor y desamor; en el repaso de lo que les pasó intervienen otras manifestaciones de ellos mismos, con diversos puntos de vista y consejos sobre cómo actuar en la vida en pareja.
También dos galardones (en igual cantidad de candidaturas) recibió “Los sonámbulos”, de Cristian Palacios, como mejor espectáculo de teatro para niños y banda sonora original, una creación colectiva del grupo que condujo Máximo Gómez. La obra despliega canciones y juegos para contar la historia de la ciencia a niños, jóvenes y adultos en una disparatada conferencia ofrecida por narradores del espacio que nunca duermen y que explican el nacimiento de los planetas, la evolución de las especies, la invención del lenguaje, y las leyes de la física y de las artes sobre el universo y la vida.
El resto de los rubros fueron premios individuales:
- diseño de escenografía fue para “Tango Feroz”, a cargo de Sofía Seidán, Franco Vaca y Elías Nieva.
- diseño de vestuario, “Las mujeres de la casa”, de Mabel Robles.
- diseño de iluminación, “Electra” para Ricardo Salim.
- espectáculo en espacio alternativo y/o teatro popular, “Rosita, mi memoria”, escrito y dirigido por Serena Ricci, quien optó por usar el patio de Casa Luján.
- ópera, “Don Giovanni”, con Jorge de Lassaletta como reggiseur.
- stand up femenino, Larisa Gavriloff por el espectáculo “Influencers”, de Tucson Comedy (no hubo inscriptos en monólogos masculinos).
- actriz dramática de reparto, Flor Melano por “El circo de los Marsilli”.
- actor dramático protagónico, Dany Aráoz Tapia por “El Ausente o memorias de la fiebre”.
El jurado destacó “la importante producción de textos de dramaturgia local” y aclaró que en el rubro Mejor Espectáculo de Teatro de Objetos y/o Títeres hubo un solo espectáculo inscripto y debe haber como mínimo dos para asignar un premio.
Cristina Fiz Lobo: un discurso emotivo
No quedó conforme con el discurso que improvisó, pero fue lo que le salió del corazón. La actriz Cristina Fiz Lobo se llevó la gran ovación de la noche como principal agasajada de los Premios Artea que llevaron su nombre en esta edición, como homenaje por sus seis décadas en las tablas tucumanas. “Mi abuela me llevó a integrar el Teatro Infantil de la Provincia a los 10 años y desde entonces no me fui más de los escenarios”, evocó al agradecer el reconocimiento en la cena organizada por la Asociación Argentina de Actores y Actrices, filial Tucumán. Junto al recuerdo de sus mentores en los campos independiente (como Rosita Ávila y Oscar Quiroga) y estatal, convocó a la juventud “a seguir en este camino, porque son los que lo continúan; me sigo nutriendo de lo que ellos están haciendo”. En medio de la emoción, olvidó mencionar su extenso paso por el Teatro Estable, pero luego lo remedió con LA GACETA al destacar la importancia de sus 33 años vividos en ese elenco.